Sunday, November 06, 2005

El mito del líder


Cárcel. Sí, cadena perpetua a todo aquel que lea libros sobre liderazgo. ¿Todos los libros sobre liderazgo son malos? Se salvan pocos. ¿Los del queso? No me haga opinar, por favor. O sea.
En la cultura anglosajona se funciona mucho con la figura del líder. En España, también hemos hecho pruebas en ese sentido. Pero, eureka. Nuestra cultura no le hace agradable la vida a la persona que va de líder. No somos así. Menos mal.
Uno de los grandes errores que cometen muchos de los gurús de la nueva economía, es la de pretender circunscribir el liderazgo al terreno puramente económico. Craso error. Si preguntáramos a nuestros compañeros qué personas son o han sido líderes para ellos nos sorprenderíamos. Entre los recordados, con toda probabilidad, no se encontraría ninguno de sus jefes. Pónganos modelos cercanos y acertarán. Claro.
Llevo poco en la gestión, bien es verdad. Lo suficiente para encontrarme con personas intelectualmente sólidas y profesionalmente capaces. Más que hablar, escuchan mucho y callan. Casi más. No se sujetan a la planificación cicatera, saben de cintura y flexibilidad. Los valores no se los da su empresa o su equipo de fútbol, los llevan ellos. No necesitan cursos ni planes de motivación, va en el “paquete” que traen ya. No tienen certeza de casi nada, dudan, necesitan a otras personas. Llámenle equipo, o como quieran. Son dados a la concentración, intentan poco dispersarse. Su preparación es la del maratoniano, no la del velocista. Intentan desaprender a diario. Los vicios y miserias, claro. Trabajan todos los días en el presente, son poco visionarios del futuro. Soportan lo imperfecto. ¡Si es que es nuestro pan de cada día! Su prescindibilidad ocupa parte de su tiempo. Y además, no van de líder.
Todo lo otro, el queso, los gurús, los consultores de la nada, la autoayuda, y demás simplezas. Pues eso, para otros.
A mi me gusta encontrarme a diario con personas imperfectas que no claudican ante los cantos de sirena de tantos memos, que les dicen tú podrías ser feliz si te hicieras líder. Harías a otros felices y más perfectos. Tonturas.
Lo del liderazgo es un camelo, ni siquiera llega a mito.
Antes de dejarles. Merece la pena leer al profesor Álvarez de Mon.

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